Me diré: "No voy a llorar más, no merece la pena". Y me puedo ver en la peor situación del mundo, con la peor gente, sin ti, con el corazón roto, tirada en el suelo sin poder levantarme, sabiendo que voy a tropezar con la misma piedra una y otra vez que no lloraré por ello. Porque he desperdiciado la mitad de mi vida llorando, ¿para qué? Que alguien me diga de que ha valido eso, porque no ha valido de nada, de nada. Y ya estoy cansada de sentirme como la víctima de mi propio cuento, a partir de ahora, de este momento seré la protagonista, la protagonista fuerte, segura de sí misma, que le dan igual los demás y sus pensamientos, que le da igual todo porque ella vale mucho más que cualquier crítica. Seré la protagonista que tanto he añorado estos años, seré ella, y la niña que lloraba se extinguirá, como tanto quise que hiciera. Así que adiós señorita lágrima fácil, entra en acción corazón de piedra.
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