Me gustaría ser como Peter Pan. No crecer. Que lo insignificante sea importante, que lo importante sea insignificante. Que las únicas heridas que tenga sean en las rodillas, y, sí, de caerme, pero sólo literalmente. Poder dormir por las noches al no tener tanto que recordar, o poder recordar sin miedo a que duela. Llorar porque me he llevado palos, pero del matón del patio, y no de las personas a las que quería. Poder decir, con la boca grande y total ignorancia: “yo tengo muchos amigos”. Y, como no, el famoso: “los chicos son tontos, yo no voy a tener novio nunca”, sin saber que pocos años más tarde pasaríamos cada puta noche de nuestra vida sin poder pegar ojo sufriendo por uno de ellos... por él.
Si el tiempo no se paró es porque debe avanzar... Y si tiene que avanzar, que sea lo más rápido posible.
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